jueves, 10 de junio de 2010

Pandillas Juveniles

Recibí el lunes de esta semana, de querido amigo, una comunicación de la madre de una víctima de la violencia de pandilleros de El Salvador que responde a otra madre, la de un apandillado. Es comunicación emocionante y sesudamente escrita, para mostrar las diferencias entre los derechos ciudadanos y de acceso a la comunicación de las madres de víctimas y asesinos.

No me agradó el propósito de hacer mundial tal queja, por lo cual escribí al amigo la siguiente respuesta sobre los pandilleros.

Se les llama maras en el Salvador. Pero existen en toda Centroamérica, inclusive en la nueva adición a ese territorio, la RD. Son pandillas de jóvenes chantajistas y criminales de todo tipo que han proliferado durante las últimas dos décadas, y quienes parecen procurar con su delincuencia llenar de terror a sus comunidades y así dominar la vida pública.

En el Salvador se piensa que tienen cómplices en todos los estamentos de la sociedad.
Aquí, hoy, esta mañanita, recibimos la noticia de que la PN había hecho una presentación arreglada y falseada para mostrar su éxito en un programa que tiene por propósito impedir el desarrollo de maras en la República Dominicana.

Para mí, tal declaración es signo de terror por parte de la policía nacional que no tiene efectiva respuesta a la delincuencia de los imberbes que se hacen miembros de ese grupo de niños o cuasi niños que no encuentran mejores haceres que dedicarse a buscar el peso fácil por medio del crimen y el terror.

Sin embargo, no me parece que propagar un mensaje que incita al extremismo, como el de aquel mensaje que hurga en instintos de sobrevivencia una respuesta reviviendo recuerdos tan dolorosos, pueda traer solución sino peores enfrentamientos y mayor cantidad de víctimas.

En términos últimos, la solución está en conseguir una varita mágica que entregue bienestar y comprensión y educación y empleo. Pero esa varita no existe.

Es correcto ejecutar programas para hacer sostenidamente lo que nuestro gobierno dice que ha estado haciendo respecto de la seguridad de los barrios y de la delincuencia juvenil.

Desafortunadamente parece que la saliencia de los problemas de la narco delincuencia y el deseo de proyectar una imagen de efectividad contra ésta en medio de una campaña eleccionaria, acapara la atención de la PN. Por eso, ésta hoy tuvo que confesar que su programa ha sido simplemente una simulación.

¿Es ese simulacro, ese engaño, mejor que el de las maras que cobran protección a ricos y empresarios? ¿Es esa conducta mejor que la distribución de los botines producto del chantaje que los piratas somalíes hacen a su depauperada conciudadanía?

Volví a recordar las palabras del Ciudadano Presidente (así con mayúsculas) que nos decía, "el que no vive para servir, no sirve para vivir."

Marcos R. Taveras es consultor empresarial
marataveras@hotmail.es

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