jueves, 10 de junio de 2010

Luces y Sombras 2010

Hace 47 años, en mi segundo período universitario, preguntaba, en escrito de este mismo título, ¿qué hay detrás de toda la arena?, como queja de inconformidad por tomar camino que no conduce a la esperanza.

Alucinado por la esperanza misma abandonaba la estadía para encontrar los encantos que esta tierra, estéril de tanta explotación ya no es capaz de producir.

Y me adentré por el desierto para llegar al otro lado de la arena, con las penurias de la sed y del sol, hasta el otro lado, solo para encontrar un bosque tan frondoso que impedía comprender donde había llegado.

Ya no podía saber si voy o vengo, tampoco hacia dónde me dirigía.

Este camino incierto lo hemos emprendido los dominicanos que veíamos en don Juan la esperanza nacional, solo para encontrarnos nuevamente perdidos.

En vez ser conducidos por camino de desarrollo y bienestar hemos sufrido las torturas e incertidumbres que viven las comunidades cuyo bienestar depende de bandas de delincuentes.

Somos nación emprendedora.

Tanto, que parece increíbles la cifras que aporta la economía informal al desarrollo nacional, compuesta por empresarios que lo son por no conseguir empleos fijos.

Todos tienen familias vulnerables cuyo sostenimiento y bienestar depende de un éxito que falla en la mayoría de los casos.

Son soñadores que emprendieron el camino hacia la luz y casi siempre llegan a la oscuridad, quienes muchas veces se ven compelidos a torcerse para mantener el estatus familiar.

Somos nación despierta. Tan despierta que se ha tenido que legislar para que la gente pueda dormir, con una legislación con luces y sombras, que ha hecho bien y también coartado actividades productivas, y que ha sido aprovechada por maleantes para hacerse dueños de la oscuridad.

Somos nación corrupta. No hemos desarrollado una convención lingüística ni cultural ni ética ni judicial que nos haga entender el significado de la palabra corrupción.

Mejor equipadas están las comunidades rurales que la entienden como prostitución, porque ven sus hijas ganar prestancia como prostitutas.

Talvez corrupción es acto mediante el cual alguien recibe bienes por ejecutar acciones incorrectas.

Pero se necesita referencia, y el referente siempre ha sido el bienestar de corruptos y corruptores.

Porque el hombre usa al grupo de referencia para plantearse objetivos y metas personales y familiares y para emular comportamientos.

Así han sido paradigmas dominicanos los ladrones y corruptos que exhiben bienestar.

La conducta social y de los políticos es síntoma de podredumbre generalizada, aunque hay gente valiosa que la señala y la combate.

Es imposible que logremos bienestar nacional cuando los paradigmas se orientan a malas acciones.

Es el gran problema dominicano.

Creo que debemos presentar ultimátum a nuestros políticos.

O nos representan a nosotros, los ciudadanos, o los defenestraremos.

Marcos R. Taveras es profesional retirado
marataveras@gmail.com

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