jueves, 20 de agosto de 2009

Per-Usir

Como Cid con alma de Quijote, adornado de atributos de resurrección, Osiris siempre ha estado presto a enderezar entuertos combatiendo a muerte a su adversario, aunque tenga que aliarse al enemigo, consciente de que siempre renacerá de las cenizas virtuales en que lo colocan sus propias sentencias admonitorias. En esta ocasión es de esperarse que sufra igual tragedia porque, más que en sus anteriores compromisos, está errado.

Como ciudadano dominicano, tiene Osiris absoluto derecho de encauzar su vida hacia propósitos de interés personal, así como a revelarlos si quiere. Los suyos se encuentran entre las percepciones de si que procura encontrar cuestionando a los demás: ambientalista, crítico de las decisiones del gobierno, ó político diferente. Lleno del más ardiente fervor, dedica su tiempo profesional a su verdadera causa, la de político opositor.

Como empresa que entrará al mercado dentro de apenas unos tres años, la fábrica de cemento de Gonzalo tendrá importantes ventajas competitivas, por iniciarse con ventajas económico-financieras versus las demás establecidas en la República Dominicana. Primero, porque tiene como objetivo convertirse en eje de un proyecto de desarrollo sostenible con base en el mejoramiento del medio ambiente; segundo, porque está concebida como una planta verde cumplidora de las normas ISO14000; tercero, porque tendrá la capacidad de fijar carbono en el subsuelo, y por último, porque tendrá su propia producción de clínker.

El logro de tales objetivos debe entregar incentivos fiscales y contables, en la forma de exoneraciones al itebis y de períodos mas cortos de depreciación de los activos. Sólo este incentivo otorga una enorme ventaja económica a la fábrica de cemento de la Corporación Minera Dominicana, S.A., sin contar con la subvención que habría de recibirse por la fijación de carbono en el subsuelo, fruto de su proyecto de reforestación anticipada, y sin contar con el diferencial a su favor entre el costo de importación, transporte y manejo del clínker, costo que sí tienen las plantas dominicanas que no fabrican ese producto, y el de producirlo en su propia planta.

Para mi es indudable que la mayor parte de la oposición se genera como resultado de la internalización por parte de los productores nacionales de cemento del estatus en que se econtrarán en el momento en que entre al mercado el cemento de Gonzalo. Ellos se enfrentan en el presente a opciones sumamente agrias. Una opción sería invertir lo necesario, digamos cuando menos lo mismo que se requiere para construir la planta de Gonzalo, para estar en igualdad de costos de producción con ésta, e igualarla en la calificación ISO14000.

Seguramente que habrán muchas otras opciones, pero solo voy a exponer una segunda. Bajo ésta, las empresas competidoras que se encontraren dentro de tres años en un nivel de desventaja competitiva tan grande como el que se vislumbra, tendrían que hacer lo que fuere necesario para impedir que la planta del Consorcio Minero Dominicano, S.A. entre en operaciones al final del período previsto, o utilizar los subterfugios de la ley para retardar su acceso al mercado o, mejor aún, impedir el acceso.

Es en vista de los inconvenientes pronósticos que surjen del análisis de tales opciones, que cada vez que uno conversa en privado con amigos, o se publica uno de los irrespetuosos análisis que han aparecido en la prensa nacional e internacional, siempre que salen a la luz, alguien cuestiona la sinceridad de quienes con tanta vehemencia se oponen a un proyecto que desde el principio se ha definido como no contaminante y respetuoso de los recursos ambientales, expresando la posibilidad de que estemos en presencia de mercenarios al servicio de la competencia.

Osiris descarta la posibilidad de que hayan mercenarios metidos en la batalla contra el desarrollo de Gonzalo, diciendo: “los defensores de la cementera han dicho que aquí hay una lucha de intereses y es verdad, porque los ambientalistas tenemos intereses de preservar los recursos naturales, mientras las autoridades ambientales y los empresarios del Consorcio Minero Dominicano tienen intereses de dañar los recursos naturales, especialmente el agua.”

Expresó además: “Se ha dicho que aquí hay una campaña mediática de los ambientalistas y los comunicadores que han sido pagados por las empresas cementeras que no quieren competencia, y esa es la defensa más ridícula que se puede hacer, lo que demuestra la falta de argumentos para justificar el desastre ambiental que se quiere propiciar en Los Haitises.”

¿Argumento ridículo, Osiris? Pues, no señor. Comprar conciencias no es algo extraño en este medio nuestro, como usted bien lo sabe, así como tampoco que el comprador sea uno o mas empresarios, como tampoco es la práctica extraña a ninguna nación ni occidental ni oriental, ni desarrollada ni en vías de desarrollo. Mucho menos es extraña entre las gentes que usan ropajes y caretas para asumir diferentes personalidades.

Por último, lea de nuevo con sus ojos de ambientalista y no con los tintados de político ese proyecto que tanto critica. Verá que si logra despojarse de su confesión política será un ferviente defensor de la cementera.

Marcos R Taveras es Consultor Privado
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