jueves, 10 de junio de 2010

La Construcción de Haití

El Primer Ministro de Haití, Jean Max Bellerive “…pronosticó que se requerirán al menos cuatro o cinco años para reconstruir el país y dejarlo en el nivel que tenía el 11 de enero de 2010”. (El Caribe, 28/1/10).

No tiene sentido devolver a Haití al estatus de enfermo grave, para progresar hacia una muerte segura. No, señor Primer Ministro. La reconstrucción no basta.

Haití ha sido Estado fallido durante demasiado tiempo, ocupando ahora el lugar 12 de 20 Estados definidos como tales, y la eliminación de ese estatus puede devolver a la nación haitiana lo perdido con sus guerras intestinas, con el despotismo de sus gobernantes y con el afán de autodestrucción que ha dejado casi agotados sus recursos forestales e infértil la mayor parte de su tierra.

Hay que construir a Haití, al Haití que gobernó Toussaint buscando una sociedad pluralista con ocupación para todos en una economía fuerte y productiva; devolver la confianza en las actividades agrícolas que insufló Petion; entregar el orgullo de haitiano que tuvo Dessalines, y mantener siempre alto el espíritu de libertad de Makandal y Boukman.

De la presteza y el compromiso de las naciones para auxiliar a Haití, la sociedad haitiana tiene que repensar su país, produciendo, adoptando e implantando planes para construir un Haití capaz de salir del derrumbe y la miseria para iniciar su desarrollo socioeconómico.

Hay que montar proyectos y programas para cambiar todos los indicadores económicos, financieros, políticos, sanitarios, educacionales, agrícolas, industriales, turísticos y de bienestar social.

Se requiere buscar y conseguir la percepción, por parte de los inversionistas, domésticos y del mundo, de que Haití es un destino rentable, seguro y aprovechable para mejorar la competitividad de sus productos en sus mercados.

Ahora Haití tiene mejores recursos naturales que los que tenía Palestina cuando se fundó el Estado de Israel; sin embargo, a pesar de la inseguridad propia de los conflictos bélicos, Israel es nación desarrollada.

Haití puede iniciar también su camino hacia el desarrollo con una plataforma educacional y sanitaria que entregue los artesanos, técnicos, profesionales, operarios, gerentes, políticos y administradores públicos que demanda su proceso de desarrollo, un Haití de instituciones sólidas y un gobierno creíble y capaz.

Si Haití se conformare solo con regresar al estatus del 11/1/10 en poco tiempo tendría las características que exhibe para el mundo Somalia, la #1 entre los Estados fallidos.

Por eso, de los escombros, pero más de su historia, de los sueños de sus fundadores y de las oportunidades del hoy y del mañana, es absolutamente necesario refundar de nuevo a Haití.

Marcos R. Taveras es consultor empresarial
marataveras@gmail.com

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