jueves, 10 de junio de 2010

Manos Duras contra los Ladrones

Desde hace mas de doce años se critica la decisión de privatizar la CDE, un monopolio estatal que no hacía las inversiones necesarias para renovar su maquinaria de producción y distribución, que requería de grandes subsidios del Estado par su programa de electrificación nacional que entregaba electricidad gratuita a barrios y comunidades en servicios que no cobraba, y por ser éste un monopolio de propiedad estatal.

Para solucionarlo primó el hecho de su propiedad estatal, como premisa de que los subsidios a consumidores se ejecutaban para causar impacto político en favor del gobierno entre votantes de barrios marginados, por un lado, y de que sus costos de producción eran extremadamente altos, porque se usaba la CDE para manipular las estadísticas de empleo gramdemente incrementando costos.

Hasta ahora ha sido notoria la información de que el peor de los problemas está contenido en la desidia de no cobrar que exhiben las EDES distribuidoras, respondables de la entrega del servicio y del cobro del producto llamado energía eléctrica. Esa desidia se muestra a cada momento, pero, puede percibirse su gravedad cuando ellas mismas nos informan que la mitad de le electricidad que suplen va a parar a manos de supuestos empresarios ladrones.

Los datos que filtran las agencias gubernamentales de control energético, siempre han sido en el sentido de que la más importante porción del robo eléctrico es realizado por el sector empresarial, sin contar el dinero con que se quedan algunos generadores por mantenerse apagados, en contratos que debieron renegociarse con terminación hace tiempo.

Es difícil no preguntarse cómo es posible que habiendo un número relativamente pequeño de empresas, y siendo la tecnología de identificación de tramposos y de la cuantía de sus robos relativamente sencilla, los organismos de control, llámense como se llamen, no hayan logrado obligar a los ladrones a dejar de serlo, con la simple amenaza de someterlos a la justicia, o empezar a publicar quiénes son.

La persona responsable del órgano responsable, también como se llamen ambos, debería dar un simple ultimátum, después de plantear la exigencia de pagar lo que ya consumieron, así como de efectuar una conexión transparente, a una fecha temprana especificada, y al cumplimiento de tal fecha no hayan pagado ni efectuado la conexión transparente. El simple ultimátum es de tiempo para iniciar la publicación del nombre de las empresas, una cada día, si no se conviene y se hace efectiva una forma de pago y una reconexión limpia.

Además, todo el dinero cobrado debe destinarse a sanear las finanzas del Sector Eléctrico y para reembolsar a los consumidores que forzosamente hemos asumido el pago del consumo de electricidad ajeno para que sigan esos ladrones operando sus rentables negocios, de todo lo pagado de más, y recalcular costos para implantar tarifas justas y concordantes con la letra de la ley y con la intención de los legisladores.

Eso debe bajar la tarifa eléctrica y entregar competitividad a los negocios limpios. Pero hay que ponerse los pantalones.

En vez de ejecutar cualquier esquema que realmente redujera la factura de los últimos consumidores, los que tienen viviendas que sufren apagones por los ladrones del vecindario, la administración del sistema ha preferido modificar la semántica con el propósito de presentar al término de su administración conquistas eufemistas en vez de reales (junio del 2010).

Marcos R. Taveras es Consultor Privado
marataveras@hotmail.es

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