jueves, 10 de junio de 2010

Feliz Navidad

El pasado 5 de octubre leí la noticia en un portal de Río San Juan, www.costaverdedr.com, y otro de Santo Domingo, www.almomento.net, de que el Gobierno Dominicano no permitirá la venta de fuegos artificiales durante las fiestas de navidad y año nuevo en esta ocasión.

Leí las noticias en ambos portales y me alegré porque en mi vecindario hay un considerable número de niños de todas las edades, incluyendo tres hijos y tres nietos míos, y no quisiera ver que a ninguno de esos niños que son hijos de niños que vi crecer, les causaren estos artefactos ni muertes ni lesiones permanentes.

Para Navidad faltaban 80 días cuando Mirka Terrero, Directora del Programa de Control de Fuegos Artificiales (COFA) de la Secretaría de Interior y Policía, según www.almomento.net, “advirtió a los vendedores ambulantes que se abstengan del expendio de los fuegos artificiales, porque de lo contrario serán incautados por las autoridades.”

Sin embargo, desde 15 días después de la advertencia, 20 de octubre, he visto cada día a niños pequeños y menos pequeños, a veces frente a sus hogares, sin el manejo de adultos, manipular esos artefactos pensando solo les causara goce, en vez de muerte, minusvalidez, cicatrices, dolor y sufrimientos.

Parece que cada año se nos olvidan las acciones que hacen efectivo el control del uso de esos objetos malditos, pues las medidas se toman siempre cuando ya el mercado está saturado de ofertas y los almacenes de mayoristas y detallistas están atisbados de los diferentes tipos de esta mercancía. Hace unos tres años conversaba con un colmadero en procura de que no comprara los diferentes productos de este género por sus peligrosidades.

Me dijo que él no los compraría si los otros competidores suyos tampoco los compraban. Pero compró, mucha cantidad de todos los tipos. Y los vendió todos a pesar de los anuncios de la Secretaría de Interior y Policía. Daba pena ver el desfile de infantes noche y día adquiriéndolos.

La Secretaría de Interior y Policía tiene que volver a tomar la sartén por el mango y hacerlo ya, para impedir que los productos llamados fuegos artificiales lleguen a manos de niños. Para lograr eso se requiere de ejecutar acciones en todos los niveles.

En el de producción en las fábricas legalmente constituidas, en el de las clandestinas, con los intermediarios, con los profesionales de espectáculos, con los vendedores, con los adultos compradores que no están registrados como profesionales del área, con los detallistas.

Todos son en potencia violadores de la ley y si queremos que este año no salga ningún niño afectado, debemos a toda costa impedir que los malditos artefactos lleguen a locales donde puedan ser adquiridos por padres irresponsables a quienes no parece importarles ni la vida ni la seguridad de sus hijos, a comerciantes que arriesgan la salud de los niños de sus vecindarios por unos cuantos pesos, como si con ello no fueran co-responsables de tales daños.
Tenemos que cerrar todas las fábricas clandestinas de forma que jamás pueda volver a abrir sus puertas y eliminar los permisos de producción a toda fábrica que viole la ley.

Tenemos que apoyar la ejecución de la resolución de la Secretaría de Interior y Policía con los medios a nuestro alcance como ciudadanos. Entre otras cosas, apoyándonos en la ley de protección al niño, tenemos la obligación de delatar a los padres que someten sus hijos a los riesgos implícitos en el manejo de fuegos artificiales.

Vamos a comprometernos a acabar con esta desgracia que nos da tanto dolor todos los años. No tengas pena de tu vecino amigo, pues si a él no le importan sus hijos mucho menos le importas tú.
Vamos a convertirnos en luchadores a favor de los niños dominicanos con la misma vehemencia con que durante años lo ha hecho Huchi Lora. Emulemos a gente que como él siempre ha tenido compromiso con el bienestar de los demás.

Marcos R Taveras es Consultor Empresarial
marataveras@gmail.com

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