jueves, 10 de junio de 2010

Disonancia cognitiva anticipada

Durante las últimas semanas un buen número de los dominicanos que usamos mecanismos de correo electrónico, hemos recibido mensajes que nos invitan a votar en favor de alguien o de algún partido, o a eludir la obligación por medio de subterfugios que hagan saliente nuestra actitud respecto del sistema político en general o de algunos partidos o políticos en particular.
La ley nos ordena votar en las elecciones haciendo punible la falta personal de incumplimiento de tal obligación cívica y, aunque nadie ha sido reo de la aplicación de esa ley, seguir la propuesta de no votar equivale a aceptar la degustación de un manjar desconocido que puede tener características organolépticas en lo personal desagradables.
Cada persona mayor de 18 años que pueda físicamente hacerlo, debería acudir a su centro de votación y depositar su voto en favor de los candidatos de su preferencia, a menos que tenga razones contundentes para no hacerlo, además de haber internalizado la experiencia dominicana de no persecución al incumplimiento de la ley.
Ni mi esposa ni yo votaremos porque el costo de votar es muchísimo mayor que el beneficio que percibiríamos de los resultados de las votaciones, sin importar quienes sean triunfadores donde se supone votemos. Nuestra mesa electoral está en Sabana Piedra, Villa Altagracia, provincia de San Cristóbal, la mía, y en el Ingenio Catarey, con las demás características idénticas, la de mi esposa. Ninguno de nosotros conoce las dotes personales de los candidatos de partidos y entelequias que presentan candidaturas allí, ni nos interesan sus nombres, aunque allí nacieron nuestros dos hijos, porque es nuestra expectativa de futuro previsible no poder disfrutar el buen clima, ni el agua pura, ni los bellos paisajes de Villa, ni las amistades y querencias que allí dejamos.
Esta decisión nuestra tiene sentido porque durante el proceso de cambio documentario de la JCE nuestra nueva dirección no fue tomada, solo varias fotos, ni el nuevo documento fue emitido. Olvidaba señalar que residimos en SDE y no poseemos vehículo propio.
Nuestra decisión no nos producirá incomodidad, sin importar los resultados. Tendremos asonancia cognitiva.
Pero los amigos que se exponen a tener resultados inesperados de su decisión, deberían saber que consciente o inconscientemente, ellos abrazan posiciones de votar/no votar por sus expectativas de los resultados de las elecciones, o respecto del rol a ser jugado por los gananciosos del certamen.
Seis años es trecho de largo riesgo que aumenta la posibilidad de yerro en asuntos de gobierno, especialmente si es alimentada por tomar como datos creencias, ideología o pasiones. Por eso, a la gran mayoría de esos proponentes les espera un estado de disonancia cognitiva que tendrán que resolver, para lo cual lo más probable es que tengan que acudir a comportamientos que hoy, como opositores que son, condenan.

Marcos R. Taveras es consultor empresarial
marataveras@gmail.com

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