jueves, 3 de julio de 2008

Son del Ingenio

Pedro Mir expresó su queja poética con palabras de en verdad contundentes para que no quedaran, talvez en el vacío con la esperanza de que el futuro entregara mayor justicia o cuando menos tuvieran sus gentes mejores esperanzas. Muestra al país colocado en el mismo trayecto del sol, en archipiélago inverosímil de azúcar y alcohol; liviano, apoyado en la brisa, claro, frutal, fluvial, material, tórrido y plateado, triste y oprimido, agreste y despoblado. Con cuatro cordilleras, tres penínsulas con islas adyacentes y un asombro de ríos verticales. Y tierra por doquier, donde el amor del campesino a la tierra que brota y se derrama como vena rota que los haría ir a cultivar cantando, aunque faltasen hombres.

Mas el canto lo pone Pedro Mir, con rítmo de desmonte, de la tumba de árboles, en una lírica que trae un son que nace del alma de la patria herida y usurpada por la impiedad y ubicuidad del extranjero, expresada en letanía pagana que convierte versos en atabales, que denuncia al explotador sempiterno que como camaleón se pone careta de los tiempos y los espacios para disfrazar de bondades el traje vistoso que solo a él ajusta.

Se viste de misionero, educador, conquistador, esclavista, invasor, guía, guardián, protector, cuando a sus intereses conviene un ropaje. Hoy usa traje de magnate financiero, disfraz de socio, benevolente e igualitario con el que esconde la enorme desigualdad anticipada. Socio es, pero el propósito permaneces inmutable, siempre ha sido extraer riquezas. Antes acudía al pillaje, al saqueo, el engaño vil y despiadado. Ahora es mas sutil, usa la inversión directa y los mercados de valores para quedarse con la nata toda, en acto de altruismo falsificado que entrega al huésped solo puestos de operarios, así se incluyan entre ellos a obreros de intelecto que son tan operarios como los manuales.

Esa es la verdadera intención que se arropa de los planteamientos de los “padres”de las ciencias económicas para la predicción de bondades socio económicas como la reducción del desempleo, el incremento del poder adquisitivo, el ensanchamiento del mercado potencial para los productores locales por acceso a nuevos mercados. Sin embargo no se menciona que todas esas bondades están fundadas en una cohabitación en donde ofertantes y demandantes carecen de poder para afectar los resultados de la interacción, premisa fundamental, sin la cual no se producen tales beneficios.

El mundo de hoy, con procesos informáticos instantáneos factibles de fácil manipulación, puede operarse y de hecho opera con base en “confidencias” plantadas en internet, u otra vía, con el propósito de condicionar las expectativas de jugadores que asumen riesgos parecidos a los despreciados por los participantes en el juego de ruleta rusa, pero que originan la casi totalidad de las transacciones que se dan en los mercados de valores y de “commodities” a nivel mundial. A estos inversionistas jugadores no les interesan los resultados de operaciones empresariales, ni conocer a funcionarios ni facilidades ni los productos que mercadea la entidad donde acaban de invertir o desinvertir. Solo les interesa producir fluctuaciones convenientes para salir gananciosos al vender o al comprar.

Manipuladores son también las empresas multinacionales que con su poder económico y de mercado imponen tendencias, diseños, ganan preferencias, eliminan adversarios, compran la competencia, establecen estructuras de precios, y mediante tales mecanismos transfieren riqueza hacia donde mas les convenga. Igualmente la banca que manipula el valor de mercado de los bienes hipotecados para ofrecer a sus clientes reestructuraciones de deudas para adquirir otros bienes raíces con nuevos préstamos hipotecarios. Lo son también los agentes financieros que manipulan los precios de futuro para crear tendencias de sus conveniencias en los mercados bursátiles y de “commodities” creando expectativas generadoras de perturbaciones en todos los sectores económicos, afectando así la calidad de vida de la mayoróa de los habitantes del planeta tierra.

Con todo y ese panorama, la alianza o asociación entre Estados puede producir beneficios. Solo que tiene que estar precedida de otra alianza. Una nacional, entre el Estado y el sector productivo nacional, el de un Estado promotor, regulador, facilitador y fiscalizador, con un sector productivo consciente de su rol social, en compromiso respetable y respetado. El propósito sería colocar al sector productivo en capacidad de competir con ventaja vis a vis los demás países participantes del acuerdo de libre comercio. En consecuencia, deberían ser partícipes de la alianza las organizaciones e instituciones del sector agropecuario, el sector minero, el turístico, las instituciones y organizaciones de servicios de apoyo logístico y financiero.

La alianza debe contener enunciados de política de desarrollo rural y de disminución de la pobreza, acciones concretas de incremento al valor rural agregado, de incremento del poder económico y de negociación a través de la unión o asociación campesina, de la dotación de recursos financieros para la asunción de las nuevas funciones, del aseguramiento de suministro de materias primas al sector industrial. El sector industrial, a su vez habría de servir de garantía y estímulo a la actividad agropecuaria, con precios justos negociados de común acuerdo. Deberá igualmente contemplar la alianza, guías que dirigan la acción directamente hacia rubros de producción y mercadeo previamente identificados con ventajas del productor o para rubros nacionales.

Por último, la alianza debe permitir la reconversión de las organizaciones productoras con ventajas comparativas haciendolas competitivas, así como de la facilitación de financiamiento a aquellas que deban ser objeto de cambios radicales para ser competitivas.

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